Diferencias entre acoso y hostigamiento laboral

Diferencias entre acoso y hostigamiento laboral

En el entorno laboral, es crucial mantener un ambiente respetuoso y saludable para el bienestar de todos los empleados. Sin embargo, no siempre es así, ya que algunas personas pueden ser víctimas de conductas inapropiadas que afectan su desempeño, su salud mental y hasta su estabilidad emocional. Estas conductas suelen agruparse bajo términos como acoso y hostigamiento laboral, que aunque se usan de manera intercambiable en ocasiones, tienen diferencias importantes que es necesario conocer.

¿Qué es el acoso laboral?

El acoso laboral, también conocido como mobbing, se refiere a una situación en la que una persona o un grupo de personas ejerce presión psicológica sobre un empleado de manera constante y sistemática. Este comportamiento puede ser tanto verbal como no verbal, y busca intimidar, humillar o desvalorizar al individuo afectado. En la mayoría de los casos, el acoso proviene de compañeros de trabajo y se prolonga durante un período de tiempo considerable, lo que lleva a la víctima a sentir un nivel de estrés constante.

Ejemplos comunes de acoso laboral

  • Excluir a un compañero de las actividades del equipo o reuniones.
  • Difundir rumores maliciosos sobre una persona.
  • Asignar tareas inútiles o imposibles de realizar con el objetivo de frustrar al trabajador.
  • Hacer comentarios despectivos o ridiculizar de manera recurrente a la víctima.

El acoso laboral no siempre es fácil de detectar, ya que algunas de estas conductas pueden ser sutiles o disfrazarse como bromas o comentarios «inofensivos». Sin embargo, el efecto acumulativo sobre la víctima puede ser devastador, causando ansiedad, depresión o incluso problemas de salud física.

¿Qué es el hostigamiento laboral?

Por otro lado, el hostigamiento laboral tiene un enfoque más vertical. A menudo, este término se utiliza para describir situaciones donde una persona en una posición de poder, como un supervisor o jefe, ejerce un abuso de autoridad sobre un subordinado. El hostigamiento puede ser tanto psicológico como físico y, a diferencia del acoso, implica una clara relación jerárquica entre el agresor y la víctima. Aunque en algunos casos puede existir hostigamiento entre compañeros de nivel similar, lo más común es que ocurra en un contexto de subordinación.

Ejemplos de hostigamiento laboral

  • Amenazas constantes de despido o castigos injustificados.
  • Imposición de tareas humillantes o degradantes como forma de control o castigo.
  • Comentarios ofensivos relacionados con la apariencia física, género, raza o creencias religiosas.
  • Contacto físico no deseado, como tocamientos o acercamientos inapropiados.

El hostigamiento laboral también puede derivar en acoso sexual, cuando la persona en poder utiliza su influencia o autoridad para realizar avances sexuales no deseados hacia la víctima. Esto puede incluir desde insinuaciones verbales hasta conductas físicas inapropiadas que ponen en una situación incómoda o peligrosa al trabajador.

Acoso vs. Hostigamiento: principales diferencias

Aunque tanto el acoso como el hostigamiento laboral comparten el objetivo de afectar negativamente a la víctima, existen diferencias clave entre ambos conceptos que deben entenderse para abordar correctamente cada caso.

CaracterísticaAcoso laboralHostigamiento laboral
Relación entre agresor y víctimaPuede ser horizontal (entre compañeros).Usualmente es vertical (de superior a subordinado).
Duración y frecuenciaSuele ser prolongado y constante.Puede ser esporádico o continuo, pero es más común en situaciones de abuso de poder.
IntenciónDesvalorizar, humillar o intimidar psicológicamente.Imponer control, castigar o intimidar a través de abuso de poder.
Forma de agresiónPuede ser sutil, indirecta o disimulada.Es directa y más evidente, a menudo con abuso de autoridad.

Consecuencias del acoso y hostigamiento laboral

Tanto el acoso como el hostigamiento laboral pueden tener efectos devastadores en la vida personal y profesional de una persona. Los impactos más comunes incluyen:

  • Estrés y ansiedad: La presión constante o el miedo a ser atacado genera altos niveles de estrés.
  • Problemas de salud mental: Las víctimas de estas situaciones son más propensas a sufrir depresión, insomnio, baja autoestima, entre otros trastornos.
  • Baja productividad: Cuando un empleado se siente atacado o desvalorizado, su motivación y capacidad de concentrarse en el trabajo disminuyen.
  • Abandono del empleo: Muchos trabajadores prefieren renunciar a su puesto antes que seguir soportando un ambiente hostil, lo que también afecta a la empresa con la pérdida de talento.

¿Cómo identificar y actuar ante estas situaciones?

Es fundamental que los empleados y empleadores estén atentos a cualquier indicio de acoso o hostigamiento laboral. Las empresas deben fomentar políticas claras contra estas conductas, crear canales de denuncia seguros y proteger a las víctimas de represalias. Aquí algunos pasos clave para detectar y actuar ante estas situaciones:

  1. Reconocer el problema: Si sientes que estás siendo víctima de acoso o hostigamiento, lo primero es aceptar que la situación no es normal ni debe ser tolerada.
  2. Reunir pruebas: Si es posible, documenta los incidentes, ya sea a través de correos electrónicos, mensajes o testigos que puedan corroborar lo que está sucediendo.
  3. Buscar ayuda interna: Muchas empresas tienen departamentos de recursos humanos que pueden ofrecer apoyo y tomar acciones contra el agresor.
  4. Denuncia formal: Si la situación persiste, es posible presentar una denuncia formal ante las autoridades laborales, como la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) en México, o incluso buscar asesoría legal.

Importancia de la prevención en el ambiente laboral

Las organizaciones deben trabajar activamente para prevenir tanto el acoso como el hostigamiento, implementando políticas claras de cero tolerancia. Esto incluye no solo capacitar a los empleados y supervisores sobre lo que constituye acoso y hostigamiento, sino también promover una cultura de respeto, inclusión y apoyo mutuo.

Un entorno de trabajo seguro no solo beneficia a los empleados, sino también a las empresas, ya que incrementa la productividad, mejora la moral del equipo y reduce el ausentismo o la rotación laboral. Es responsabilidad de todos, tanto empleadores como empleados, trabajar en conjunto para identificar y erradicar estas conductas dañinas.

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